Cuando yo trabajaba en medios de comunicación convencionales (siempre he creído que una agencia como la nuestra también hace funciones de medio de comunicación) las redacciones eran pequeños paraísos nublados de humo de tabaco y aromas de gin tonic, donde de vez en cuando volaba un avioncito de papel destinado a llamar la atención de algún/a colega.
El avioncito era un mensaje de amistad que servía para conectar el espacio personal y profesional de emisor y receptor, aunque fuera brevemente. Por eso, desde noviembre de 1990, el logo de Intermedia, la gran conectora de personas y proyectos de Catalunya, es el avioncito de papel que se puede ver en todas nuestras comunicaciones.
Para nosotros, ese logo es la representación semántica de un mensaje que ha tenido que ser elaborado cuidadosamente, a menudo en equipo, y lanzado con precisión al destinatario elegido y no necesariamente a otro, dado que no equivocarse de destinatario es tan importante como elaborarlo. Y eso no se puede hacer sin tener un gran conocimiento y una proximidad con el ecosistema (la gran sala de redacción) del país como la que, modestamente, tiene Intermèdia.
A AMBOS LADOS DE LA TRINCHERA
Todo eso me pasaba por la cabeza la semana pasada después de asistir en el Ateneu Barcelonès a la presentación del último libro del amigo y compañero Jesús Conte, “A les dues bandes de la trinxera”, donde el autor nos hablaba del cambio de paradigma relacional experimentado desde hace años entre periodistas, políticos, dircoms y agencias de comunicación.
Explicaba Conte, y quizás añoraba, el hecho de que en tiempos pasados, esos cuatro estamentos profesionales compartían una complicidad e incluso un compañerismo, que actualmente se ha perdido en beneficio de intereses más concretos de unos y otros vinculados a su adscripción y dependencia profesional, y por tanto, personal.
Nada que objetar, todo es muy legítimo mientras no se traspasen ciertos límites que todo el mundo conoce y no hace falta detallar aquí. Pero la pregunta es esta: ¿se han traspasado ya esos límites de forma irreversible?
Esperemos que no. En cualquier caso, siempre conviene saber que existe el avioncito independiente y resistente de Intermèdia y el gran equipo de trabajo que lo sostiene, para conectar personas y proyectos por encima de otras consideraciones.
¡Feliz mes de noviembre!