- Las paradas cuentan con pictogramas y se han diseñado códigos QR con información específica para personas con TEA, kits sensoriales y los paradistas han recibido una formación especial.
El mercado de la Boqueria se ha convertido en el primer mercado del mundo en ser una zona segura para personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En colaboración con la organización internacional Autism Friendly Club, la Boqueria ha dado un paso fundamental para facilitar la experiencia gastronómica y cultural a las personas con este trastorno.
El presidente de la Boqueria, Jordi Mas, y el presidente de la asociación Autism Friendly Club, Alberto Gutiérrez, han presentado el proyecto, que incluye la instalación de pictogramas en todos los puestos del mercado, códigos QR que enlazan a una guía adaptada y formación especial para los vendedores. También se han creado kits sensoriales para hacer frente a las alteraciones en las percepciones sensoriales que sufren a menudo las personas con TEA, y que incluyen pelotas antiestrés y elementos anti-ruido.
Estas medidas pretenden garantizar que las personas autistas y sus familias disfruten plenamente de la Boqueria. Durante la presentación, Jordi Mas ha enfatizado que “el mejor mercado del mundo debe ser un ejemplo para el resto de mercados y debe tener influencia en el mundo. Esta es la responsabilidad que tenemos y, por este motivo, debemos ser pioneros en adaptarnos a las personas con TEA”.
En este sentido, Mas ha subrayado que “un mercado no es solo un espacio para vender alimentación, va más allá: es también gastronomía, cultura, sensibilidad humana”. El presidente de la Boqueria ha avanzado que en el futuro se iniciará una segunda fase que incluirá la adaptación de las cartas de los restaurantes para facilitar una mejor comprensión por parte de la comunidad neurodivergente y talleres que permitirán potenciar la experiencia de placer en el mercado. “En la Boqueria hay familias con hijos con TEA, lo que hace que exista un grado de concienciación muy elevado. Hemos formado al personal y todo el mundo está muy ilusionado con el proyecto”, ha destacado.
El presidente de la asociación Autism Friendly Club ha señalado que lo que hoy se ha puesto en marcha es un “programa de accesibilidad cognitiva” que, a diferencia de las medidas para facilitar la accesibilidad física, no está regulado por ley. “No estamos obligados a poner pictogramas para facilitar el acceso a las personas con TEA. Ninguna ley ordena la integración plena de las personas neurodivergentes. Por eso es necesario concienciar a la población”. Según ha detallado, en el mundo hay unos 90 millones de personas con TEA. En Europa hay 9 millones. En España, unas 800.000 y en Cataluña, alrededor de 60.000.
“Los pictogramas son muy importantes porque son soportes visuales que permiten a las personas con TEA identificar qué se van a encontrar. El contexto visual es fundamental. Para un cerebro neurodivergente, nada es intuitivo. No queremos hablar de inclusión, sino de espacios de convivencia, que es en lo que hoy se ha convertido la Boqueria. El mundo está construido por gente neurotípica, cuando el 16% de la población mundial es neurodivergente. Las personas con TEA necesitan anticiparse y saber qué se encontrarán en el mercado, por eso es tan importante la guía que hemos incorporado en la web de la Boqueria”, ha precisado.
Con esta acción, la Boqueria se une a una red global de más de 600 espacios adaptados en sectores como la restauración, la hostelería, la educación y el comercio, demostrando que la inclusión no solo es posible, sino que también puede ser un motor de cambio social y económico.
En la decimocuarta edición de la Fira Mercat de Mercats se acercó al público la experiencia de Nectari, el primer restaurante de Cataluña que ha puesto el acento en este colectivo, con la adaptación de cartas con pictogramas y la formación de su personal. Esta iniciativa, de la mano del chef Jordi Esteve, demuestra cómo la cocina puede ser un espacio de sensibilización y permitir que todo el mundo pueda disfrutar de la comida: “Con el simple hecho de adaptar la carta, las personas autistas pueden elegir qué quieren comer”.