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Editorial: ‘La disneyización de la sociedad’

  • 04 Nov 2021
  • Opinión
per Toni Rodriguez Pujol
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El profesor de Comunicación de la Universitat de Vic Xavier Ginesta ha publicado un magnífico libro que se titula “La disneyzación del fútbol” que, entre otras cosas, explica la progresiva conversión de los aficionados en consumidores y la imparable tendencia de los usuarios hacia la práctica de un consumo “a demanda”.

Se trata de un tipo de demanda de productos y experiencias que vigorizan la identificación del fan con su Club, y de una exigencia: poder hacerlo a la hora que más les plazca. Esto requiere mucha planificación y grandes instalaciones físicas y virtuales de intercambio, cosa que ha convertido la práctica profesional del fútbol en una industria del entretenimiento.   

Pero, ¿este proceso afecta sólo al fútbol? ¿O afecta también a la política, la comunicación y el periodismo? Sin duda, cualquier actividad humana que pida adhesiones debe ser atractiva. Provocar aburrimiento no convierte a nadie en influyente. Pero esto no justifica la superficialidad ni una espectacularización vacía de contenidos. Un entretenimiento sin argumentos de calidad no es útil, y por tanto, no es consistente ni sostenible.

En cuanto a la información, está bastante claro que hoy en día el consumidor quiere poder recibirla a demanda, a cualquier hora del día o de la noche, sin tener que esperar la hora del telediario o de ir a buscar el periódico a la tienda de la esquina. El escritor y publicista Joan Josep Isern se quejaba recientemente en una de sus Totxanes, de que en el barrio ya no quedan puntos de venta donde comprar diarios de papel, pero seguramente los habría si hubiera una demanda suficiente, como la que había antes de internet.

Actualmente, los consumidores buscan prescriptores de opinión pública compartida y facilitadores de experiencias, de ideas. En ese sentido, el publicista Georges Lois, inspirador de la mítica serie Mad Men, nos enseña que las ideas deben ser fáciles de entender, llevar implícita una promesa y estar enfocadas a una emoción principal.

El problema es cuando un exceso de prescripción o de experiencias enturbia los sentidos del receptor y al final ya no se sabe cuál es la idea, ni si uno es del Barça o, simplemente, es un cliente del Barça. Se llama infoxicación. Hay que mantenerse alerta.

Feliz mes de Noviembre.