“Le ves aparecer y dices está triste. Si le tapas la boca, su mirada es seria, y podrías pensar dimitirá. Pero si le tapas los ojos, la boca anuncia otra cosa”. Así iniciaba el lunes por la noche un hilo de X la experta en comunicación no verbal Patrycia Centeno, después que el presidente Pedro Sánchez dijera que, pues mira, ahora me quedo.
Y seguía Centeno: “cuando habla del ataque, comisuras abajo (dolor) y muro con las manos recogidas (protección). Y por último, sorpresa. ¿Sorpresa? ¿Si?
Los especialistas dicen que un 80% de los mensajes se transmiten gestualmente. y que la expresión corporal es mucho más fiable que las palabras. Uno de los más fervorosos creyentes en esa teoría es Pep Guardiola.
“Tendremos (tendréis) problemas (conmigo)” advirtió a sus cabizbajos jugadores en el vestuario del City después de perder por 2 a 0 contra el Southampton, tal y como se puede ver en un vídeo de Netflix semiclandestino que ha circulado ampliamente por las redes.
“Este equipo (el integrado por jugadores que miran al suelo o bajan los hombros cuando un compañero no llega a tiempo de terminar una buena jugada, o chuta fuera de los tres palos cuando sólo necesitaba empujar suavemente la pelota, los que cuando soplan malos vientos evitan la mirada de los demás) no es mi equipo”. No es el equipo que yo quiero, en definitiva.
“No puedes jugar bien si tu lenguaje corporal no es el correcto”, les vino a decir. Porque tu desánimo potencia el ánimo de los adversarios, tu pereza activa la energía de tus rivales, la derrota mental que anuncia tu mirada se contagia rápidamente a tus compañeros de equipo.
Liderar, en definitiva, es eso: comunicar en positivo, tanto si las cosas van bien como si van torcidas y tener siempre presente, que para ganar es imprescindible poner siempre buena cara.
Y de Xavi Hernández ya hablaremos otro día.
¡Entretanto, feliz mes de mayo!