Como explica Ismael Nafría, uno de los principales objetivos empresariales del New York Times en su actual etapa consiste en ser imprescindible. Ser imprescindible significa no poder vivir sin algo o alguien. Se lo dicen entre sí los enamorados, lo piensa el dueño de su perro y lo sufrimos todos cada vez que se nos extravía el smartphone. Lo que no es imprescindible no es necesario. ¿Es imprescindible la comunicación?
En el caso del NYT se diría que hay más de 3’5 millones de suscriptores -2’5 millones de los cuales, de la edición digital- que creen que sí. Para hacerles llegar cada día esta información que pretende ser imprescindible, trabajan más de 1.450 periodistas que escriben unas 200 a 250 piezas diarias desde más de 160 países diferentes al año.
Más allá de esa «pequeña» comunidad de fieles seguidores, el NYT alcanza una espectacular audiencia digital de más de 130 millones de personas de todo el mundo, un círculo de influencia imposible de alcanzar con una simple edición de papel como las de antes de internet. Los millones de litros de tinta, las toneladas y toneladas de papel y la cantidad ingente de gasolina que habría sido necesario invertir en hacer llegar el NYT a tanta gente lo hace impensable.
Esa enorme audiencia es el vivero donde el NYT pesca los suscriptores que le dan la musculatura financiera suficiente para poder seguir haciendo el periodismo «sin favores y sin miedo» que preconiza AG Sulzberger y su consejo de redacción.
Pero “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”, dice San Mateo (4, 1-11). Además de información útil, sensible y contrastada, el New York Times cultiva , entre otros, cuatro ejes temáticos que ayudan a hacer más amable la vida de los lectores y convierten el medio en un confortable objeto de compañía: Cooking, Watching, Travel y Health. Cuatro elementos básicos de la cultura contemporánea que generan calidad de vida, comunidad y empatía.
¿Podemos vivir sin alguna de esas cosas? Tal vez, pero seguro que viviríamos peor. ¿Se puede vivir sin una información / comunicación de calidad? Sí, pero nuestra experiencia vital sería más pobre.
Dicen que en este mundo hay muchas cosas necesarias pero ninguna imprescindible. Pero para vivir dignamente necesitamos una comunicación fiable. Como decimos siempre en Intermedia, «sin respiración no hay vida; sin comunicación, no hay vida inteligente».
Más allá de los intereses del NYT, defender el derecho a una comunicación de calidad, libre de postverdades y fake news, más que un derecho, comienza a ser una obligación.
Feliz mes de marzo.