Pasados unos días de las elecciones generales, pasado el rastrillo para todos los datos y análisis disponibles y algo deslumbrados por el reflejo de las navajas traperas de un sectarismo obtuso que nunca muere, hay un hecho que sigue siendo incontestable: los ganadores del 28-A fueron el PSOE (fundado en Madrid en 1879) y ERC (fundada en Barcelona en 1931).
¿Dos valores seguros, como diría Casado?. Podría ser. Pero, sin duda, dos valores veteranos del centro izquierda peninsular. Primer punto a reflexionar.
¿Y los otros? A la derecha tenemos Ciudadanos, que a pesar de bajar en Cataluña creció bastante en el conjunto del estado. Y, en la extrema derecha, Vox, que irrumpió en escena sin necesidad de despeinarse en debate alguno. ¿Alguna razón que lo explique?
Arriesguémonos: redes sociales aparte, podría haber una. Los ganadores interpelaron cara a cara a su posible clientela con mensajes más o menos subliminales como: «no estoy sobreactuando«, «soy como tú» o «conozco tus problemas y esperanzas«. Y por lo tanto, “puedes confiar en mi”.
Conexión directa, identificación con el receptor, naturalidad y empatía parecen pues los elementos principales de la receta ideal, frente al «déjame a mí, que yo sé más que tú«, «se acabó lo que se daba«, o «a mí, cuando me lo propongo, no me gana nadie«.
Dice el comunicador y empresario argentino Sergio Roiberg, que tener un propósito compartido es la base del éxito. Es decir, «encontrar la intersección entre un interés particular y un interés colectivo«, en sus propias palabras. O «conectar nuestro interés con el interés general o, al menos, con el de nuestros públicos objetivo«, como decimos siempre en Intermèdia.
En cualquier caso, hay que buscar un propósito compartido entre lo que uno quiere conseguir (ganar unas elecciones, venderte un producto, invitarte a cenar) y lo que el receptor quiere realmente (vivir dignamente, comprar cosas fiables, que le quieran de verdad) aunque no lo sepas. Eso es la seducción.
Ningún comunicador que quiera progresar debería olvidar nunca la necesidad de tocar la fibra sensible de su audiencia. Sobre todo los políticos, que, junto con los periodistas y tal vez algunos otros integrantes de profesiones que también empiezan por «p», son los principales comunicadores sociales de la especie humana.
Y es que, en el fondo, las cosas son más sencillas de lo que parece.
Feliz mes de mayo!