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Repensar la comunicación

  • 08 Ene 2018
  • Opinión
per Toni Rodriguez Pujol
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Iniciamos el año con una incorporación relevante en el consejo asesor de Intermedia. El profesor Albert Sáez, cuyo perfil encontrarán en este mismo newsletter, es un profesional destacado que combina perfectamente su larga carrera periodística en diferentes medios de Barcelona, ​​con una continuada y no menos exitosa práctica docente en la Universidad .

Oriana Fallacci, la gran periodista y escritora italiana del siglo XX, describió la angustia de un periodista como la de un historiador obligado a interpretar la actualidad bajo la presión implacable del horario de cierre de la edición diaria. Una fatalidad que no siempre permite confirmar de manera suficiente los hechos que se quieren explicar. Hoy en día esta presión ha aumentado extraordinariamente debido, entre otras causas, a la revolución digital. Las ediciones ya no se cierran a las nueve de la noche para evitar perder correos de distribución. Actualmente, la información es un producto (sería preferible cualificarla de  «servicio») que queda siempre abierto en la red, aunque se resuma cada veinticuatro horas en una edición analógica y se someta a un par o tres de revisiones diarias. Esto hace que la estructura de los equipos de trabajo de los medios haya cambiado, que la monitorización de la competencia sea mucho más extrema y que la exigencia -y sobre todo, la autoexigencia- haya aumentado de forma exponencial. Y todo ello, en medio de una crisis que cada vez parece más existencial que económica.

El periodismo necesita, pues, repensarse. La comunicación, que es una pieza básica de nuestro sistema social, necesita más reflexión académica y más adecuación a los retos morales y materiales que plantean los nuevos soportes informáticos. Determinar cuáles son los peligros y cuáles son las oportunidades, que también las hay, y muchas. En este sentido, la labor de la Universidad y la de profesores como Albert Sáez es imprescindible, como también lo son las aportaciones del mundo del trabajo.

Es decir, el nuestro.

Feliz año a todos!