Una buena noticia, para serlo, exige un buen titular, de la misma manera que un buen anuncio, para serlo, exige un buen eslogan. Y un buen tuit, para ser retuiteado, debe ser corto, directo, actual, ingenioso, sorprendente y, sobre todo, intencionado.
Existe una leyenda urbana que asegura que la gente que dice leer periódicos, en realidad sólo lee los titulares. O, como mucho, que eso es lo que hace el 85% de los supuestos lectores. Que el resto se limita a leer el lead, sobre el que volveremos más adelante. Y que sólo los correctores de estilo (cuando los hay), las personas implicadas positiva o negativamente en la información, el autor de la pieza y en algunos casos sus familiares más cercanos, sobretodo en su línea ascendente, terminan por leerlo todo.
Por lo tanto, y si estamos de acuerdo en considerar la noticia como un bien de consumo el titular vendría a ser como un reclamo comercial, fabricado con la intención de vender. Es decir, de lograr que la gente llegue a leer, por lo menos, el lead subsiguiente.
Un buen titular no tiene más de 9 ó 10 palabras, incluyendo artículos y preposiciones. Intentar cuadrar un mensaje a ese formato es un buen ejercicio que recomiendo a todo el mundo, empezando por el más importante de los dircom y terminando por el más tierno de los becarios de Intermèdia. No hay idea que no se pueda resumir en 9 ó 10 palabras. Obviamente, es más fácil escribir más que menos, como es más fácil usar el primer verbo que te pasa por la cabeza que obligarte a encontrar uno que dé una significación -e intención – real a la frase.
«Mi mamá me ama» (aunque sería más noticia decir que «no me ama»), «La pandemia ha provocado más de 100.000 suicidios en España». Entre cuatro y diez palabras, no hace falta más para llamar nuestra atención e invitarnos a seguir leyendo. Sólo con esta frase ya sabemos tres cosas esenciales de cualquier información que pretenda ser interesante: quién, qué y dónde. Las otras tres w dobles del clásico periodismo norteamericano de toda la vida deben ir justo después, en el lead, que es el primer párrafo de la pieza informativa. Son el por qué, el cuándo y el cómo: who, what, were, why, when and how. El titular de cualquier información, por compleja que sea, debe poder contener la respuesta a alguna de esas seis preguntas. Cuantas más, mejor. Y si no cabe todo en un titular, debe caber en el lead. Y con mayor motivo en un tuit. El resto puede ser maravilloso, pero será más literatura que periodismo.