El éxito de la manifestación en favor de otra democracia ha sorprendido tanto a sus propios impulsores como los medios, que sólo a posteriori han reaccionado asombrados al poder de convocatoria de este movimiento. Así que ahora toca preguntarse de dónde sale toda esta gente indignada y, quizás, qué ha fallado para que haya tanta. En todo caso, se plantean ahora muchas preguntas: ¿qué debe hacer ahora este movimiento? Nos encontramos ante la versión hispánica de la “primavera árabe”? De verdad Facebook, Twitter y YouTube tienen tanto poder? Como gestionarán partidos, sindicatos y otros actores políticos todo este descontento? Algunas (no todas) respuestas, en El Periódico y El País.
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